“Baila, baila, baila. Sus bambucos mi Tolima”, dice uno de los fragmentos del famoso ‘Bunde tolimense’ que hicieron inmortal el dúo musical Garzón y Collazos, creado en Ibagué en la década del treinta. Y cómo no bailar, si en Ibagué se respira música por todos los rincones, desde sus propios ciudadanos hasta emblemáticos lugares como la concha acústica Garzón y Collazos, que sirve como escenario de presentaciones musicales y folclóricas, muchas de ellas en el marco del Festival Folclórico Colombiano. La capital del departamento del Tolima es una tierra llena de música, con un himno alegre del folclor popular que refleja la diversidad musical de la ciudad, basta con entonar una estrofa como esta: Por mis venas corren. Guitarras, tambores, Las flautas y tiples entonando van Con el alma alegre un gran Sanjuanero Diciéndoles a todos yo soy tu ciudad Pero en esta ciudad conservadora que me ha tocado en suerte donde el festival del bunde y el sanjuanero se celebran cada año, les quiero contar mis historias inconfesables a mis padres, de mis años mozos y no tan mozos, con pensamientos perversos e irresolutos. Fue un periodo loco de mi juventud, donde mis prejuicios y ataduras religiosas que me habían enseñado en le colegio católico donde estudié mi bachillerato las fui soltando a medida que fui conociendo mi sexualidad y amparado por un grupo de compañeros que me hacían mas independiente y libre y rebelde. Mi rebeldía la encamine a la rumba y al pecado, empecé leyendo playboy y masturbándome en el baño, no podía emitir gemido porque la casa era pequeña y todo se escuchaba así que mis amores secretos con las rubias de la revista eran sordos y mudos; con mis compañeros de andanzas en el colegio visité casas de citas y prostíbulos de mala muerte, la plata era escaza y tocaba con Masajistas eroticas baratas, pero a pesar de eso me divertía, me la gozaba y hasta me enamoré de vez en cuando. En esos tiempos lo llamaban a uno chivo lo que hoy se llama perro y para identificar los prostíbulos había un bombillo rojo en la entrada, era donde la lujuria, el sexo y el desmadre se podía encontrar. Para esa época se inventaron un reinado en Gualanday, una pequeña población cercana, el reinado era para la prostituta más hermosa de Ibagué y no solo eso, también se coronaba al mejor cabron del año, como una burla que se le hacía al reinado de belleza de Cartagena. Gualanday estaba en todo su esplendor, de cariño le decían el Miami de los ibaguereños, como punto turístico, era el sitio ineludible de tirar piscina, paseo de olla, descanso y entretenimiento los fines de semana por las límpidas y copiosas aguas de su quebrada y los famosos charcos de Briceño y Las Panelas. Gualanday dependía económicamente de la actividad turística, era la principal fuente de ingresos económicos de su población, se vendía de todo para los turistas, fritanga, empanadas con ají, cerveza, chancletas, vestidos de baño, flotadores, etc. En los frentes de las casas instalaban improvisadas vitrinas o mesas con ventas de bizcochos calentanos de todo tipo, quesillos y frutas, amén de los restaurantes y hoteles, en los que se destacaba uno bueno que, incluso, era escogido por algunos equipos de fútbol, entre ellos, el Deportivo Cali, como lugar de concentración cuando jugaban en Ibagué. Pero también no podía faltar el trago en los bares y cantinas, así que gualanday fue el lugar escogido por algunos ‘chivos’ bravos de esos años, entre los cuales se encontraban conocidos empresarios, abogados, médicos, comerciantes, dirigentes deportivos y políticos, entre otros, de los cuales no daremos nombres por razones obvias razones. Solo citaremos lugares y hechos, por considerarlos parte de la historia oculta de una ciudad pacata y anacoreta, pero a la vez picaresca y burlona. Quizá para mitigar esa sociedad pacata y la doble moral de esos tiempos, entre finales de noviembre y primeros días de diciembre, Gualanday era escenario de un reinado casi clandestino, se coronaba a la prostituta y al cabrón del año, seleccionados por todos los clientes de las casas de cita en Ibagué, que se tenían que apuntar en una lista y debían acudir al evento para poder votar. El reglamento era simple, la mayoría de votos ganaba, la reina tenía que llenar no solo las medidas de altura, cadera, busto y cintura, también gracia, porte y que los clientes dieran buenas referencias; entretanto, el cabrón o chivo, era aquel visitante consuetudinario de las casas de citas, además de ser buen amante y aguantarse las infidelidades de sus amigas, también debía ser generoso y todo un bacán, este lo elegían los propietarios de la casa de citas. Definidos los ganadores del reinado no sin antes haber desfilado, en traje de baño y coronadas en vestido largo, algunas en realidad se ponían minifaldas, y luego el baile real donde todos los asistentes podían bailar con las reinas coronada y no coronadas, ese día no se negociaba sexo, solo rumba y trago. Al cabron del año lo sacaban en hombros en una gritería terrible y lo subían a un automóvil azul oscuro descapotado, él era el edecán de la ganadora; el propietario del carro era un comerciante distinguido de Ibagué que igual prestaba el carro para procesiones en semana santa, se hacía un recorrido por gualanday con una seguidilla de carros y un par de chivas llena de muchachos embriagados que seguían ofreciendo aguardiente a todo el que pasara. Los prostíbulos y casa de cita de Ibagué en ese entonces tenían nombres mujer como la Lili, la Mireya, Marina la rica y la casa del portón rojo. El erotismo que tenían estos lugares, algunos olían a incienso para quitar el olor a cigarrillo y trago y otros a perfumes baratos de las trabajadoras, pero era el olor a mujer lasciva la que atraía a cientos de clientes, que por diferentes motivos visitaban estos deliciosos lugares que para mí dejaron unos buenos recuerdos. El motivo para algunos podría ser el despecho, para otras la mera curiosidad, o simplemente la lujuria y el deseo o el amor no conseguido que aquí podía conseguir por unos cuantos pesos, ya con eso le decían mi amor. Yo nunca había conocido un travesti, sabia de ellos y conocía historias, pero al verlo de primera vista me causo impresión, algunas chicas le tenían envidia, pues tenía clientes fijos y decían que ganaba más que ellas, entendí que había mercado para todo, el se sentaba solo, se fumaba un cigarrillo y solo esperaba, no hacía bulla como las otras chicas ni andaba de mesa en mesa, es decir toda una dama. Ahora la sociedad acepta los matrimonios gais, se besan en la calle y nadie se asombra, es decir siempre ha habido los homosexuales y personas que le gusta el sexo opuesto, pero en ese entonces la sociedad era mas recatada y digámoslo así, solapada o mejor socarrona. Empezaron a aparecer lo que llamaban amanecederos, eran bailaderos generalmente frecuentados por prostitutas y hombres de vida alegre que salían de juerga después que los prostíbulos cerraran, se iban de diversión y goce hasta que el cuerpo se cansara y les alcanzara la plata. Entre los amanecederos uno de los primeros, fue El Caney, luego Los Violines y después Cueros Show, todos funcionaron en el mismo lugar donde hoy se encuentra la Tienda del Café; más tarde apareció Buchana’s y El Castillo y la Casa del Recuerdo. También se pueden contar algunos cafés y bares en el centro de la ciudad como El Estambul, Mi Cafecito, Lusitana, Sótanos del Molino, Rosas de la Tarde, La última copa, El 2001 y algunos con nombres de tangos, relacionados con el ambiente de la noche, prostibulario y silencioso allí se podían conseguir prostitutas baratas, pero no había que pagar el cover que es lo que cobran los prostíbulos por salir con una chica, solo el valor del servicio, por lo que muchos estudiantes, desempleados eran habituales de estos negocios. En estas épocas el negocio ha cambiado, pero quedan vestigios de aquellas épocas como la Casa de las Casadas. Pasan los años y ninguna autoridad ni administración ha podido cerrarla pese a que se encuentra a escasos metros de la clínica Tolima, en pleno centro de la ciudad, y que viola claras disposiciones para el funcionamiento de este tipo de negocios. Tuve muchas anécdotas para contar algunas chéveres, otras no tanto, como la casa de la señora que tocaba castañuelas y bailaba flamenco, ubicada a escasos metros de la policía antes de llegar a la 21 con carrera 3a. Iban los más encumbrados políticos y funcionarios públicos de la época; la celebración de Navidad en el Portón Dorado, donde los clientes tenían cantina o bar libre y las mujeres eran gratis; el de la bailarina de un circo que por estar divirtiéndose se olvidó que la temporada había terminado, la dejaron y terminó trabajando allí para pagar la deuda; o la de un conocido deportista campeón panamericano que termino empeñando la llanta de repuesto de su carro para pagar la cuenta. La típica del infiel que lo buscó su esposa en mas de cinco sitios hasta que lo encontró y lo saco a cachetadas, además de la burla de todos los asistentes no lo volvieron a dejar entrar, el borracho que no tenia dinero para pagar y no lo dejaron salir hasta que llego su mujer a pagar la cuenta y muchas más. Todos estos casos, algunos hilarantes, otros no tantos se fueron diluyendo en el tiempo, en una época que era más fácil vivir sin los apremios de ahora. Estos pensamientos me llegan en un momento que creo que se deben recatar de la memoria y sentir que se ha vivido, a mi manera y como he querido. Saber que hubo una Ibagué trasnochadora y putañera, que los profanos y pecadores gozamos y que las chicas Masajistas eroticas acabaron. El por qué se llamaba casas de citas a esos lugares nunca lo puede entender, porque uno no se citaba con nadie, sino que iba y se encontraba con alguien que estaba ya listo y sin conocerlo a uno le decía cariño, que te tomas, en tono paisa sin ser paisa, porque toda puta que se respete era de Pereira. A esas chicas entrañables que entregaban su cuerpo y muchas veces yo les entregue mi corazón, les quisiera ofrendar un poema, si alguna quiere escucharlo será dentro de poco que vuelva a escribir de este tema. La nostalgia me embarga en este momento ya nada hay por hacer, pero aquellos que llegaron hasta acá les dejo la mejor información para que salgan hacer sus cositas ricas con las chicas del momento, las chicas prepagas que nos dan placer ahora. En Ibagué se consiguen por doquier y si, una más rica que la otra, hay que escoger bien, no se apresuren que hay para todos. https://co.skokka.com/
/ibague/ hay para que escoja. https://www.photoprepagos.com/prepagos/ibague con buena pinta y bonitas. https://www.xnxx.tv/search/prepagos-ibague son de las mejores. Nos vemos en una próxima, hasta luego.