“Piensa mal y acertarás”, reza una frase atribuida al polémico escritor y pensador Maquiavelo. “Aunque paguen justas por pecadoras”, agregaríamos nosotros. Y es que en el tema que vamos a tratar en este artículo por lo general cuando hay sospecha, es porque hay causas. ¿Es mi novia, o incluso mi mujer, una puta? Se han dado casos. Y muchos. Una joven enfermera nos confesó que una amiga también enfermera, casada y con hijos, ejercía la prostitución de manera regular. Su fachada era justamente su oficio, a través del cual se inventaba guardias nocturnas o durante los fines de semana. La meretriz de la salud no sentía el menor remordimiento ya que gran parte del dinero obtenido a través de su sexo iba directo al bienestar de la familia y del propio esposo. ¿Sospechas de tu novia? ¿Crees que es una chica prepago? Lo primero que debes prestar atención es a su nivel de ingresos y de sus gastos en ropa, zapatos, carteras, incluso apartamento. ¿Ella gana lo suficiente para costear esos productos? Si la respuesta es NO, pues ya tienes una buena razón para sospechar. ¿Se te pierde con frecuencia, en especial los fines de semana? Que en alguna oportunidad tu novia te diga que quiere visitar a su familia o a alguna amiga en otra ciudad, y quiera ir sola, eso es normal. Tampoco nos pongamos paranoicos. Pero si esta práctica es recurrente y frecuente, eso sí ya es muy sospechoso. El manejo que la novia le da a su celular es clave en este asunto. Entendemos que todos tenemos derecho a resguardar nuestra privacidad, así que es normal que mantengamos nuestros celulares protegidos con claves o reconocimiento de huellas o rostros. Eso es una cosa, pero otra muy distinta es que la chica lo mantenga siempre encendido pero en modo silencioso, que no suelte el celular ni por un segundo o que se ponga a responder mensajes apenas nosotros nos alejamos unos metros de ella. Es decir, que la muy pícara tiene una fiesta montada en su pequeño dispositivo y no quiere que el novio se entere. La inapetencia sexual es otra señal importante. Y es de esperarse que luego que la susodicha se ha pasado el fin de semana laborando con sus clientes, no ande de mucho ánimo para ofrecerle sexo al novio oficial. Hay casos en los que la pareja de la meretriz está al tanto de su oficio y, bueno, no le da mayor importancia al asunto. Se lo toma como lo que es: un trabajo bien pagado. Pero hay que ser muy verraco para asumir una situación como esa, porque no es fácil aceptar y manejar con naturalidad el hecho de que a tu chica se la pegue cualquiera cuando quiera. José, un joven antioqueño, publicó en la red que su novia ejerce la putería como profesión, pero aclara que ellos se conocieron en un burdel, comenzaron a salir y se enamoraron. Aun así, la chica en ningún momento pensó abandonar su oficio. En su confesión, José admite que esta relación fue posible porque desde el comienzo él estaba al tanto de la ocupación de su chica. Admite que hubiera sido muy difícil manejarlo si la pareja se hubiera iniciado desde la exclusividad y luego ella hubiera abierto a la prostitución. José nos aclara que, fuera de lo particular del oficio de su novia, en todo lo demás la relación marcha con bastante normalidad. Incluso la ha presentado a su familia y les confesado el oficio de la chica. Pero a pesar de sus muchas explicaciones, la familia aún cree que él no es otra cosa que el “chulo de la puta”. Pero el de José es un caso excepcional. Por lo general la novia prepago es novia a la luz del día y prepago en las sombras de la oscuridad. Y tarde o temprano el novio termina por enterarse, a veces de la peor manera. Un caso es el de un chico, llamémoslo Ricardo, que vive con su novia que tiene un hijo por su lado. Ricardo hace de padre y forman una familia feliz. La chica sostiene que es promotora de eventos y debe trabajar de noche. Un día Ricardo anda de farra con unos amigos y deciden llamar a unas Masajistas eroticas
para que vayan al apartamento donde se encuentran ellos. Cuando llegan las chicas, pues, allí estaba la esposa-novia de Ricardo. Aunque viéndolo con cuidado, esa noche se produjo una doble decepción: Ricardo descubrió que su chica era puta, y la chica lo descubrió puteando. El desenlace fue la separación inmediata. Nunca más se volvieron a ver después de esa noche. Ahora bien, en relaciones donde la duda y la sospecha han clavado su aguijó, el auto engaño, la más humana de las debilidades humanas, nos puede jugar una mala jugada. El auto engaño está diseñado por la mente humana para evitarnos sufrimientos y de esa forma lo que es obvio y evidente para todo el mundo, para nosotros se hace oculto e invisible y, así, el marido es el último enterarse que es un cornudo, los padres son los últimos en reconocer que el hijo es drogadicto y en esa misma línea, el novio suele ser el último en enterarse que su novia es una prepago. En conclusión, amigos: cuando el río suena es porque piedras trae. Si el comportamiento de tu novia es sospechoso, lo más probable es que realmente existan razones que lo provoquen. Una pareja sana, sin mentiras de por medio, suele tener una actitud abierta y comunicativa. Cuando comienzan a aparecer las excusas o las explicaciones extrañas, algo (o todo) anda mal. Ojalá no seas el último en enterarte.